SIEMBRE EN SU CASA UN LUMINE YA

por permiso perenne del VMG. SAMAEL AUN WEOR, REALICE LA .ASIM. CRISTIANA Y LA SANTA TRANSUBTANCIACION DEL PAN Y VINO EN SU CASA TAMBIEN...
UD. QUE YA ESTA PRACTICANDO LOS 3 FACTORES DE LA REVOLUCION D ELA CONCIENCIA ENSEÑADOS POR EL VM. SAMAEL AUN WEOR, ENTONCES SIEMBRE EN SU CASA UN LUMINE INTERFAMILIAR Y OFICIAD EN SU SANCTUARIUM FAMILIAR, SOLARMENTE, CON VUESTROS FAMILIARES Y AMISTADES...HONRANDO ASI AL CRISTO MISMO...
DESCARGUE AQUI EL LIBRO DE LUMINES INTERFAMILIARES... Y UBICAD EL LIBRO CONOCIDO COMO BIBLIA ORIGINAL CRISTIANA (O CONOCIDO TAMBIEN COMO GNOSIS: EL MENSAJE SOLAR CONCIENTIVO REVOLUCIONARIO DEL VMG. SAMAEL AUN WEOR...KALKI BUDHA MAITREYA AVATARA DE LA NUEVA ERA ACUARIANA...) SOBRE EL ARA DE SU SANCTUARIUM...


los misterios mayores:
CAPITULO 62
SANTUARIOS GNÓSTICOS
Todo gnóstico puede formar su Santuario en su casa; una mesa, pan y vino de uva; se encienden tres lumbres sobre el altar.
Un caballero hará el oficio de sacerdote y otro el oficio de Monaguillo, al terminar la ceremonia se hace la cadena mágica así: los asistentes en forma de rueda, se toman por las manos, las palmas de la mano izquierda estarán hacia arriba recibiendo y las palmas de las manos derechas hacia abajo en actitud de dar fuerza al hermano, la izquierda recibe, la derecha da. Las fuerzas ocultas circularán por esta cadena y luego se irradiaran diciendo: "Que todos los seres sean felices, que todos los seres sean dichosos, que todos, los seres sean en paz"; luego se entona el mantram AOM, abriendo la boca con la A, redondeándola con la O y cerrándola con la M, hay que alargar el sonido de cada letra; Este ritual gnóstico era celebrado por los apóstoles de Jesús, este ritual es un trabajo de alta magia ceremonial, al realizarlo se verifica simultáneamente en todos los siete planos de conciencia cósmica; las fuerzas del Cristo cósmico descienden y se acumulan en el pan y el vino. Cuando los devotos comen el pan y el vino llevan a su organismo y a sus cuerpos internos los átomos Crísticos, con los cuales se despiertan nuestros mágicos poderes; Este rito fue verificado por Jesús en la ultima cena en casa de José de Arimatea.
Este rito fue verificado por los gnósticos en las catacumbas de Roma en tiempos de Nerón; esta es la verdadera y legitima misa del Cristo Jesús que estuvo oculta durante 20 siglos. "Y estando ellos comiendo, tomó Jesús el pan y bendiciendo lo partió y les dio, y dijo: tomad, este es mi cuerpo"; "Y tomando el vaso habiendo hecho gracias les dio; y bebieron de el todos" "Y les dice, esto es mi sangre, del nuevo pacto, que por muchos será derramada" (vers. 22-23-24, cap. 14, Marcos).
MISA GNÓSTICA
Me acerco al altar de Dios, que edifica la mente y enciende el esplendor de una eterna Juventud.
El sacerdote en el altar, vuelto hacia los fieles, expresa:
Crestos sea con vosotros.
Acólito: Él ilumine tu espíritu.
El sacerdote vuelto hacia el altar:
Ven, oh santa palabra... Ven, oh nombre sagrado de la fuerza Crestos... Ven, oh energía sublime... Ven, oh misericordia divina... Ven, oh suprema Seidad del Altísimo.
El sacerdote de frente hacia los fieles, describe una cruz sobre la frente, otra sobre el pecho y finalmente un circulo de izquierda a derecha comenzando en el centro de la frente, siguiendo por el hombro izquierdo a corazón y volviendo por el derecho a ser cerrado en el mismo lugar del comienzo. Exclama:
Crestos sea con vosotros.
Acólito: Él ilumine tu espíritu.
Sacerdote de cara al altar:
Ven tú, que descubres el velo del misterio.
Ven tú, madre de los 7 centros que descansas en la armonía de la octava.
Ven tú, que eras antes de que fueran los cinco sentidos. Espíritu, mente, sentimiento y razón, deja que participemos de tu santa gracia, nosotros los nacidos más tarde.
Ven, santo aliento, inmaculado soplo y purifica mis glándulas internas donde el ritmo de mi vida existe.
Ven, y encamina mi corazón desorientado para que los puros sentimientos míos broten de esa santa fuente.
Sacerdote vuelto hacia los fieles:
Crestos sea con vosotros.
Acólito: Él ilumine tu espíritu.
Sacerdote de frente al Altar:
Escuchad gran Seidad, padre de todo lo creado, Luz divina; Tú, redentor nuestro, perdona cuantos errores hemos cometido y los de aquellos que nos escuchan visible e invisiblemente, para que podamos todos participar del reino de la justicia y de estar contigo en la inmensidad de la Luz. Bendice y da poder a todos cuantos nos siguen, pues cumplen la ley.
Escuchad, Oh Ángeles...
Ayudadme, padre de todo lo creado, causa infinita de todo lo existente y dad vida a este, tu pueblo. A cuantos nos siguen asístelos y presta a todos el apoyo necesario en todas las ocasiones de la vida, para que se hagan merecedores de tu santa gracia. Nosotros conocemos tu poder y yo te conjuro: Ven, Ven, Ven.
Perdona tú todos nuestros errores, alivia todos nuestros males. Dadnos una señal aquí mismo en este sacrificio o en los días venideros.
El sacerdote avanza un paso y dice:
Escucho vuestro testimonio.
Viene una pausa durante la cual en alta voz los beneficiados, los curados, relatan sus experiencias en frases sencillas. Después de haber escuchado a todos, el sacerdote se coloca otra vez en el altar y dice:
Alegraos, nuestros errores están perdonados. El poder supremo está con nosotros.
Todos responden: Amén, Amén, Amén.
(Esta práctica se puede intercalar después de la plática, cuando hay fiesta mayor).
EL SANTO SACRIFICIO.
El sacerdote se retira al altar de la derecha y lee los siguientes trozos de las sagradas escrituras:
...Y Jesús, el Divino gran sacerdote Gnóstico, entonó un dulce cántico en loor del gran nombre y dijo a sus discípulos: Venid hacia mí. Y ellos así lo hicieron. Entonces se dirigió a los 4 puntos cardinales, extendió su quieta mirada y pronunció el nombre profundamente sagrado LEW, y les sopló en los ojos.
Mirad hacia arriba exclamó: ya sois clarividentes. Ellos entonces levantaron la mirada hacia donde Jesús les señaló y vieron una gran Cruz que ningún ser humano podría describir. Y el gran sacerdote dijo: Apartad la vista de esa gran Luz y mirad hacia el otro lado. Entonces vieron un gran fuego, agua, vino y sangre.
Aquí la bendición del pan y el vino.
Y el Gran Sacerdote continuó: En verdad os digo que no he traído nada al mundo sino el Fuego, el Agua, el Vino y la Sangre de redención.
He traído el Fuego y el Agua del lugar de la Luz, del depósito de la Luz, de allí donde la Luz se encuentra. Y he traído el vino y la sangre de la morada de Barbelos.
Después de pasado algún tiempo el Padre me ha enviado el Espíritu Santo en forma de blanca paloma, pero oíd: el Fuego, el Agua y el Vino, son para la purificación y perdón de los pecados. La Sangre me fue dada solo como símbolo del cuerpo humano, la que recibí en la morada de Barbelos de la gran fuerza del Dios universal.
El Espíritu Santo como en mí, desciende a todos, y a todos ha de llevarlos al supremo lugar de Luz. Por eso os he dicho que he venido a traer fuego a la tierra, que es lo mismo que descender para redimir los pecados del mundo mediante el Fuego.
Y por eso Jesús repitió: si supierais y conocierais la gran dadiva de Dios; si percibieseis quien es el que os habla y os dice: "dadme de beber", me rogaríais que os diera de la fuente eterna que es manantial de dulce ambrosía y os convirtierais en la misma fuente de vida.
El sacerdote se dirige al altar mayor, eleva el cáliz en la mano izquierda y lo exhibe:
Y tomó el cáliz, lo bendijo y se lo ofreció a todos, diciendo: Esta es mi Sangre de la alianza que se vertió por vosotros para redimiros del pecado y por eso se introdujo la lanza en mi costado para que de mi herida brotara sangre y agua.
El sacerdote torna al lado derecho y lo pone en la mano derecha.
Y el gran sacerdote Jesús dijo a los suyos: Traedme fuego, y ramas de vid. Y así lo hicieron. Colocó entonces el sacrificio sobre el altar y una fuente de vino a su lado, una a la derecha y otra a su izquierda; una fuente de agua ante el vino.
Pone el cáliz sobre la mesa y levantando la mano derecha dice:
Y puso pan según los que le escuchaban y el gran sacerdote Jesús se mantuvo vestido con vestiduras blancas, al que imitaron los apóstoles.
Toma el cáliz, va al altar mayor y dice vuelto a la concurrencia:
Y en vuestras manos os digo que está el número del nombre del Padre, que es la fuente de Luz.
Todos se arrodillan, el sacerdote alza las manos en actitud suplicante y exclama:
Escuchad gran Seidad, padre de todo lo creado, Luz divina, I. A. O.
Todos responden: Amén.
Sacerdote:
Crestos sea con vosotros.
Acolito: Él ilumine tu Espíritu.
Regresando al altar:
Ven, santo querer, divina esencia volitiva y transforma mi voluntad haciéndola una con la tuya.
Ven, supremo poder y desciende sobre aquellos que conocen el misterio.
Ven, valor excelso y dame la templanza y fuerza que se necesita para penetrarlo.
Ven, santo silencio, que hablas del poder y de la magnitud que él encierra y revélame lo oculto...
Ven, y descúbreme el misterio... Desciende, santa paloma de albo plumaje sobre nosotros, tú eres la madre de los gemelos. Acude madre mística, que solo te manifiestas en nuestras obras. Acércate santa alegría de los cielos y posa sobre nuestras cabezas.
Tú llevas la hebra de oro que a todos nos enlaza. Aliéntanos a los que participamos en este sacrificio de la eucaristía, celebrado en esta santa remembranza tuya, para purificarnos y fortalecernos. Ayúdanos a recibir la Luz, tú que ahora nos has llamado hacia los fieles.
Crestos sea con vosotros.
Acolito: Él ilumine tu espíritu.
Todos de pie, el sacerdote dice:
Creo en la unidad de Dios, en el Padre como entidad impersonal, inefable e irrevelado, que nadie ha visto, pero cuya fuerza, potencia creatriz, ha sido y es plasmada en el ritmo perenne de la creación.
Yo creo en María, Maya, Isis, o bajo el nombre que sea, en la fuerza física simbolizando a la naturaleza, cuya concepción y alumbramiento revela la fertilidad de la naturaleza.
Acólito: Yo creo en el misterio del Bafometo y del Demiurgo (espíritu entre Dios y la criatura).
Sacerdote:
Yo creo en una iglesia trascendida, superior, mantenida en las almas puras, en la jerarquía blanca, representada por la Fraternidad Blanca, y que tiene su exponente en la Santa Iglesia Gnóstica, dirigida por Patriarcas, Apóstoles, Obispos y Sacerdotes.
Acólito: Nuestra ley es amor, vida, libertad y triunfo.
Sacerdote:
Nuestro lema divisa es: THE LE MA.
Yo creo en la comunidad de las almas purificadas, así es como el pan material se transforma en sustancia espiritual.
Creo en el bautismo de la sabiduría, la cual realiza el milagro de hacernos humanos.
Yo conozco y reconozco la esencialidad de mi vida, trascendida como la totalidad sin fin cronológico que abarca la órbita fuera del tiempo y del espacio.
Todos: Así sea.
El sacerdote va al pulpito o al altar lateral y predica los misterios gnósticos. Después del sermón vuelve al altar y pronuncia a la Cruz:
Llenos de júbilo y desbordantes de fe, venimos a ti ¡oh cruz!, ¡Oh rosa santa, santa y divina.
Tú que das el bálsamo para cada llaga y alientas el fuego que enciende la vida. Tú, que das la vida, me ofreces la cruz que yo reconozco como la mía propia. Yo sé de tu misterio, del sagrado misterio que te envuelve, pues fuiste donada al mundo para hacer infinitas las cosas limitadas.
Tu cabeza se yergue majestuosa hasta tocar el cielo para que seas el símbolo del Logos Divino. Para que presida en tu estructura la intersección del madero atravesado que forma tus dos brazos, como dos manos ingentes, que se extienden para ahuyentar las fuerzas siniestras y los poderes inferiores. Para unir en una iglesia de santa fraternidad a todos los seres humanos de puro y noble corazón.
Tu pie, como una lanza, está clavado en tierra para que puedas redimir, para que ayudes en tu impulso volitivo a todas las entidades que moran bajo el suelo, en las regiones inferiores del mundo, y que a través de múltiples encarnaciones puedan llegar a la divinidad para estar reunidas eternamente en ti.
Oh tú, Cruz de los maravillosos destinos, puesta por el Altísimo en la multiplicidad del Universo para que seas la redención del género humano.
¡Oh cruz!, Belleza inmaculada, que eres trofeo de la victoria del Crestos. Que eres imán de vida. Que ofreces la vida con tu árbol santo. Que extiendes tus raíces como dedos gigantescos por la hondura del suelo para donar tu fruto en los cielos infinitos.
¡Oh tú!, Cruz venerada, que eres la santa dadiva del dulce nombre como vid que florece en el jardín del Señor.
¡Oh tú!, Luz, rosa divina en la cruz, que das tu fuerza y tu sagrado poder a los que han merecido en la dura batalla y los conduces por la mística escala que está tendida desde la tierra al Cielo, de la materia al Espíritu.
¡Oh cruz! Santa y bendita, en ti está latente la redención y bajo tu potestad y Luz excelsa nos cobijamos todos para hacer la oferta de este santo sacrificio de la unción eucarística.
Ahora un instante de meditación mientras el sacerdote, diáconos y fieles están de rodillas, luego el sacerdote de pie ofrece a los que hayan de participar de la eucaristía, primero el pan diciendo:
Este es mi cuerpo, recíbelo para tu redención.
Esto se repite con cada uno, al tiempo que toma el cáliz con jugo de uvas o vino sin alcohol y lo ofrece diciendo a cada uno:
Esta es mi sangre, recíbela que ha sido derramada, para redimir al mundo.
El sacerdote pondrá la mano derecha sobre la cabeza de cada uno y dice:
Que la paz sea contigo para que participes de la Luz.
Estando todos de rodillas el sacerdote levanta las manos en actitud de bendecir y dice:
Recibid el signo de la cruz sobre vuestros cuellos y sobre vuestros labios para que seáis herederos de la Luz.
Todos levantan la mano derecha y el sacerdote entona el mantram
I.A.O I.A.O I.A.O.
Luego cruza las manos sobre el pecho y los asistentes cantan el Tedeum laudamus:
SANTO, SANTO, SANTO, SEÑOR DE SABAOTH.
SANTO, SANTO, SANTO, SEÑOR DE SABAOTH.
SANTO, SANTO, SANTO, SEÑOR DE SABAOTH.
El sacerdote da la bendición Aaronica, finaliza el acto con la cadena.
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libro apuntes secretos de un gurù
MARZO 12 DE 1952.
Hoy he estado pensando en un señor. Yo invité a tal caballero una noche a la Santa Unción Gnóstica. El caballero tomó agua en lugar del vino consagrado, es decir dicho señor rechazó de plano la Sangre Redentora.
Realmente, el árbol se conoce por sus frutos, y ese fruto es negro. Tal caballero es un emisario de una logia negra llamada dizque "Orden de Acuario".
Ningún mago blanco puede rechazar jamás la Sangre Redentora; con ese acto, el emisario de la logia negra "Acuario" cometió en pleno siglo XX la más grande de todas las "infamias", cual es, rechazar la Sangre del Mártir del Gólgota.
La Santa Unción que Cristo practicó en la casa de José de Arimatea, el senador romano, encierra un significado hondo y trascendental, cual es el de la Transubstanciación.
"Epifanía" es la ascensión de las fuerzas Crísticas en el hombre. Por ello exclamamos en nuestro ritual: "Este acto del cual doy fe simboliza la Transubstanciación".
"Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás" (Versículo 35, capítulo 6, San Juan).
"Y tomando el pan, habiendo dado gracias, partió, y les dio, diciendo: Este es mi cuerpo, que a vosotros es dado; haced esto en memoria de mí"
"Asimismo también el vaso, después que haber cenado, diciendo: Este vaso es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama" (Versículo 19 y 20, capítulo 22, Lucas).
El sacerdote en estado de éxtasis percibe la sustancia de Cristo, y luego transmite esa misma sustancia al pan y al vino, para que las fuerzas Crísticas se desliguen de la parte material, y luego actúe sobre nuestro organismo cristificándolo y preparándolo para nuestra redención.
Cuando varias personas se reúnen alrededor de una mesa para celebrar la Santa Unción, tal como Cristo nos la enseñó en casa de José de Arimatea, allí está la invisible presencia del Mártir del Calvario; porque bien claro habló el Maestro cuando dijo: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre; allí estoy en medio de ellos" (Vers. 20, cap 18, Mateo).
La Santa Unción debe practicarse en las casas de todos nuestros Hermanos Gnósticos, y no en templos de ladrillo, piedra o cemento. Cada familia puede practicar su Unción Gnóstica diariamente, sin necesidad de concurrir a lugares de explotación religiosa, como son todas esas aulas Rosacruces, Espiritistas, Católicas, Teosofistas, etc.
La Santa Unción se verificará alrededor de una mesa en casa; "Y como fue hora, sentóse a la mesa, y con él los Apóstoles" (Vers. 14, Cap. 22, San Lucas).
Así, cada hogar puede convertirse en un templo Gnóstico, y el jefe de cada familia en un sacerdote. ¡No mas Logias, no más escuelas, no más sectas, no más infamias, no más explotación! El templo esta dentro de nosotros mismos, y el Sumo Sacerdote es Cristo. Ya viene Acuario, la edad de la Luz ¡Abajo cadenas! El no quiere esclavos.
Cuando un grupo de personas alrededor de una mesa están verificando la Santa Unción, la ceremonia repercute en todos los siete planos de conciencia cósmica, y abre un canal a través de los siete mundos por donde descienden las sublimes energías del Logos Solar: y así el pan y el vino se convierten en verdaderos acumuladores de átomos Crísticos, que al llegar a nuestro vientre se difunden por todo nuestro organismo, cristificándolo y sublimizándolo para la "Iniciación".
En cierta ocasión hice el siguiente estudio clarividente sobre la Santa Unción Gnóstica: Fui llevado en espíritu al mundo exquisito del nirvana. Allí vi siete sublimes seres sentados alrededor de una mesa. Entre ellos había algunas damas llenas de inefable belleza... Estos seres celebraban "La Santa Unción Gnóstica". Me senté entré ellos alrededor de una mesa; luego descendí al mundo "Buddhico", allí encontré a esos mismos seres celebrando la Santa Unción Gnóstica. La escena disminuye ligeramente de belleza.
Descendí un plano más y llegué al mundo causal... allí también vi a esos siete seres celebrando la "Santa Unción Gnóstica". La belleza parecía disminuir poco a poco...
Descendí al mundo de la mente, y el mundo astral, y conforme fui descendiendo, parecía disminuir más y más, la luminosa majestad de esa sublime ceremonia.
Por último me asomé al mundo físico. Entonces fue cuando pude encontrar siete personas que en carne y hueso estaban reunidas alrededor de una mesa practicando la Santa Unción Gnóstica. Aquella ceremonia estaba realizándose en todos los planos cósmicos de manifestación...
La ceremonia se estaba realizando dentro de una casa de familia. Entonces me dije: ¡Qué grande es esto! ¡Qué sublime!
Hoy entregamos en este libro "La Misa Gnóstica", para que toda familia pueda verificar en su mesa la Santa Unción Gnóstica. Este ritual fue el mismo que celebró Cristo en la casa de José de Arimatea, y que celebraban los apóstoles en tiempo que el Maestro estaba encarnado con cuerpo físico.
Este ritual se había conservado secreto durante veinte siglos, pero hoy lo entregamos públicamente adaptándolo a la vida de hogar, a fin de que la familia pueda verificar su sagrada cena dentro de su misma casa.
(ademàs libremente el avatara nos orienta que la santa unciòn y la .asim. cristiana se la debe compartir con la humanidad en general para ello visite IGEOUMS...Y SEGUID TOMANDO LA SANTA UNCION EN LAS ELITES DE IGLESIA GNOSTICA EN CAMARAS MAS ELEVADAS... POR SIEMPRE, QUE VIVA EL CRISTO Y LA UNCION CRISTIANA...)
igeoums.es.tl/
MISA GNÓSTICA
Sobre la mesa se pondrán las copas, el pan y el vino. Se encenderán siete luces o bujías de cera, y se verificará el ritual. La Unción comenzará con estas palabras:
Me acerco al Altar de Dios, que edifica la mente y enciende el esplendor de una eterna juventud.
Sube las gradas acercándose al Altar y se vuelve nuevamente a los fieles, diciendo:
Crestos sea con vosotros.
(Acólito): Él ilumine tu espíritu.
Vuelto hacia el altar:
Ven, oh Santa palabra.
Ven, oh nombre sagrado de la fuerza Crestos.
Ven, oh energía sublime.
Ven, oh misericordia divina.
Ven, oh suprema Seidad del altísimo.
Se vuelve el Sacerdote y describe una cruz sobre la frente, otra sobre el pecho, y finalmente, un círculo de izquierda a derecha comenzando en el centro de la frente, siguiendo por el hombro izquierdo y región del corazón para volver por el hombro derecho a ser cerrado en el mismo lugar de comienzo:
Exclama:
Crestos sea con vosotros.
(Acólito): Él ilumine tu espíritu.
De cara al Altar:
Ven tú, que descubres el Velo del misterio.
Ven tú, madre de loe siete centros que descansas en la armonía de la octava.
Ven tú, que eras antes que fueran los cinco sentidos.
Espíritu, mente, sentimiento y razón, deja que participemos de tu santa gracia, nosotros los nacidos más tarde.
Ven Santo Aliento, inmaculado soplo y purifica mis glándulas internas donde él ritmo de mi vida existe.
Ven, y encamina mi corazón desorientado para que los puros sentimientos míos broten de esa Santa fuente.
Vuelto hacia los fieles:
Crestos sea con vosotros.
(Acólito): Él ilumine tu espíritu.
Escuchad Gran Seidad, Padre de todo lo creado, Luz divina. Tú redentor nuestro, perdona, cuantos errores hemos cometido y los de aquellos que nos escuchan visible e invisiblemente para que podamos todos participar del reino de la justicia y de estar contigo en las inmensidades de la luz. Bendice y da poder a todos cuantos nos siguen, pues cumplen la ley.
Escuchad oh Ángeles...
Ayudadme Padre de todo lo creado. Causa infinita de todo lo creado y dad vida a este tu pueblo. A cuantos nos siguen asístelos, y presta a todos el apoyo necesario en todas las ocasiones de la vida para que se hagan merecedores de tu Santa Gracia.
Nosotros conocemos tu poder y yo te conjuro: VEN. VEN. VEN.
Perdona tú, todos nuestros errores. Alivia todos nuestros males. Danos una señal aquí mismo en este sacrificio o en los días venideros.
El Sacerdote avanza un paso y dice:
Escucho vuestro testimonio.
Viene una pausa durante la cual, en alta voz los beneficiados o curados relatan sus experiencias en frases sencillas; después de haber escuchado a todos, el Sacerdote se coloca otra vez en el Altar y dice:
Alegraos, nuestros errores están perdonados, el poder supremo esta con nosotros.
(Todos responden): AMEN, AMEN, AMEN.
Esta plática se puede intercalar después de la prédica cuando hay fiesta mayor.
Suplico a los Hermanos que reciben estos rituales, hagan todas las copias que puedan y las envíen a los demás Hermanos, advirtiéndoles el poder mágico que reside en esto y que es la misma original y primera usada por los Gnósticos en la época de la existencia material de Jesús de Nazareth en la tierra.
EL SANTO SACRIFICIO
El Sacerdote se retira al Altar de la derecha y lee los siguientes trozos de las Sagradas Escrituras:
Y Jesús, el divino Gran Sacerdote Gnóstico entonó un dulce cántico en loor del GRAN NOMBRE y dijo a sus discípulos: Venid hacia mí. Y ellos así lo hicieron. Entonces se dirigió a los cuatro puntos cardinales, extendió su quieta mirada y pronuncio el nombre profundamente sagrado LEW, bendijo y les sopló en los ojos.
Mirad hacia arriba, exclamó: Ya sois clarividentes. Ellos entonces, levantaron la mirada hacia donde Jesús les señaló y vieron una gran Cruz que ningún ser humano podría describir.
Y el Gran Sacerdote dijo: Apartad la vista de esa gran luz y mirad hacia el otro lado. Y entonces vieron un gran fuego, agua, vino y sangre.
Aquí la bendición del pan y el vino.
Y el Gran Sacerdote continuó: En verdad os digo que no he traído nada al mundo sino el fuego y el agua y el vino y la sangre de redención. He traído el fuego y el agua del lugar de la luz del depósito de la luz, de allí donde, la luz se encuentra. Y he traído el vino y la sangre de la morada de Barbelos. Después de pasado algún tiempo el Padre me ha enviado el Espíritu Santo en forma de paloma blanca, pero oíd: El fuego, el agua y el vino, son para la purificación y perdón de los pecados. La sangre me fue dada sólo como SÍMBOLO DEL CUERPO HUMANO, el que recibió en la morada de Barbelos de la gran fuerza del Dios Universal. El Espíritu Santo, como en mi, desciende a todos, y a todos ha de llevarlos al Supremo lugar de luz. Por eso os he dicho que he venido a traer fuego a la tierra, que es lo mismo que descender para redimir los pecados del mundo mediante el fuego.
Y por eso Jesús repitió: Si supierais y conocieseis la gran dádiva de Dios. Si percibieseis quien es el que os habla y os dice: Dadme de beber, me rogarías que os diera de la fuente Eterna que es manantial de dulce ambrosía, y os convertiríais en esa misma fuente de vida y tomó el cáliz, lo bendijo y se lo ofreció a todos, diciendo:
El Sacerdote se dirige al Altar mayor, eleva el cáliz en la mano izquierda, y lo exhibe diciendo:
Esta es la sangre de la alianza que se vertió por todos nosotros para redimirnos del pecado, y por eso se introdujo la lanza en mi costado para que de su herida brotara sangre y agua.
Torna al lado derecho y lo pone en la mano derecha.
Y el gran Sacerdote Jesús dijo a los suyos:
Traedme fuego y ramas de vid, y así lo hicieron. Colocó entonces el sacrificio sobre el Altar y una fuente de vino a su lado. Una a la derecha y otra a la izquierda... Una fuente de agua ante el vino.
Pone el cáliz sobre la mesa y levantando la mano derecha, dice:
Y puso pan según los que le escuchaban y el gran Sacerdote Jesús se mantuvo vestido con vestiduras blancas, al que imitaron los Apóstoles.
Toma el cáliz y va al Altar mayor y dice vuelto al público:
Y en vuestras manos os digo que está el número del nombre del Padre que es la fuente de luz.
Todos de rodillas. El Sacerdote alza sus manos en actitud suplicante y exclama:
Escuchad Gran Seidad, Padre de todo lo creado, Luz divina,
I.A.O. I.A.O. I.A.O.
(Todos responden): Amén.
(Sacerdote): Crestos sea con vosotros.
(Acolito): Él ilumine tu Espíritu.
Regresa al Altar.
(Sacerdote): Ven, Santo querer, Divina esencia volitiva y transforma mi voluntad, haciéndola una con la tuya. Ven, supremo poder y desciende sobre aquellos que conocen el misterio. Ven, valor excelso y dame la templanza y fuerza que se necesita para penetrarlo. Ven, Santo silencio que hablas del poder y de la magnitud que él encierra y revélame lo oculto... Ven, y descúbreme el Misterio... Desciende, Santa Paloma de albo plumaje sobre nosotros, tú eres la Madre de los Gemelos. Acude, Madre mística que solo te manifiestas en nuestras obras. Acércate, Santa alegría de los cielos y posa sobre nuestras cabezas, tú llevas la hebra de oro que a todos nos enlaza. Aliéntanos a los que participamos en este sacrificio de la Eucaristía, celebrando en esta santa remembranza tuya, para purificamos y fortalecemos. Ayúdanos a recibir la luz, tú que ahora nos has llamado hacia los fieles.
Crestos sea con vosotros.
(Acólito): Él ilumine tu Espíritu.
Todos de pie.
(El Sacerdote): Creo en la Unidad de Dios, en el Padre como entidad impersonal, inefable e irrevelado, que nadie ha visto, pero cuya fuerza, potencia creatiz, ha sido y es plasmada en el ritmo perenne de la creación.
Yo creo en María, Maya, Isis o bajo el nombre que sea, en la fuerza física simbolizando a la Naturaleza cuya concepción y alumbramiento revela la fertilidad de la Naturaleza.
(Acólito): Yo creo en el misterio del Bafometo y del Demiurgo. (Espíritu entre Dios y la criatura).
(Sacerdote): Yo creo en una Iglesia trascendida, superior, mantenida en las almas puras, en la Jerarquía Blanca, representada por la Fraternidad Blanca que tiene su exponente en la Santa Iglesia Gnóstica, dirigida por Patriarcas, Apóstoles, Obispos y Sacerdotes.
(Acolito): Nuestra ley es amor, vida, libertad y triunfo.
(El Sacerdote): Nuestro lema divisa es THELEMA.
Yo creo en la comunidad de las almas purificadas, así como el pan se transforma en sustancia espiritual. Creo en el Bautismo de la Sabiduría la cual realiza el misterio de hacernos humanos.
Yo conozco y reconozco la esencialidad de mi vida concebida como una totalidad sin fin cronológico que abarca la órbita fuera del tiempo y fuera del espacio.
(Todos): Así sea.
El Sacerdote va al público o al Altar lateral y predica los Misterios Gnósticos. Después del sermón vuelve al Altar y pronuncia la oración a la cruz
Llenos de júbilo y desbordante de fe, venimos a ti, oh Cruz, oh rosa santa, santa y divina. Tú que das el bálsamo para toda llaga y alientas el Fuego que enciende la vida. Tu, que das la vida me ofreces tu cruz que yo reconozco como la mía propia. Yo se de tus misterios, del Sagrado Misterio que te envuelve, pues fuiste donada al mundo para hacer infinitas las cosas limitadas.
Tu cabeza se yergue majestuosa hasta tocar el cielo para que seas el símbolo del LOGOS divino. Para que presida en tu estructura la intersección del madero atravesado que forma tus dos brazos, como dos manos ingentes, que se extienden para ahuyentar las fuerzas siniestras y los poderes inferiores. Para unir en una Iglesia de Santa Fraternidad a todos los seres humanos de puro y noble corazón.
Tu pie, como una lanza, esta clavado en la tierra para que puedas redimir, para que ayudes en tu impulso volitivo a todas las entidades que moran bajo el suelo, en las regiones inferiores del mundo, y que a través de múltiples encarnaciones puedan llegar a la divinidad para estar reunidas eternamente a ti.
Oh tú, Cruz de los maravillosos destinos, puesta por el Altísimo en la multiplicidad del Universo para que seas la redención del género humano.
Oh tú, belleza inmaculada, que eres trofeo de la victoria del Crestos. Que eres imán de vida. Que ofreces la vida con tu árbol santo. Que extiendes tus raíces como dedos gigantescos por la hondura del suelo para donar tu fruto en los cielos infinitos.
Oh tú, Cruz venerada que eres la Santa Dádiva del dulce nombre como vid que florece en el jardín del Señor.
Oh tú Luz, Rosa divina en la Cruz, que das tu fuerza y tu sagrado poder a los que han merecido en la dura batalla y les conduces por la mística escala que está tendida desde la tierra al cielo, de la materia al Espíritu.
Oh Cruz santa y bendita. En ti está latente la redención y bajo tu potestad y luz excelsa nos cobijamos todos para hacerte la oferta de este santo sacrificio de la unción eucarística.
Después de esta oración debe haber un instante de meditación...
Mientras el Sacerdote, Diáconos y fieles están de rodillas. Pasado este instante, los que hayan de participar en la Eucaristía, deberán ser todos los que se congregan alrededor del Altar. Y el Sacerdote ya de pie ofrece primero la hostia o pan diciendo:
ESTE ES MI CUERPO, RECÍBELO PARA TU REDENCIÓN.
Esta frase se repite por el Sacerdote, cada vez que haya de entregar el pan o la hostia a cada uno de los asistentes.
Terminado este acto, toma el cáliz en el que esta depositado jugo de uva o vino sin alcohol y lo ofrece a cada uno de los participantes diciendo:
ESTA ES MI SANGRE, RECÍBELA QUE HA SIDO DERRAMADA PARA REDIMIR AL MUNDO.
(Se repite cada vez al dar de beber)
Después de haber pasado primero a todos el pan, de inmediato el vino, vuelve el sacerdote con cada uno y poniéndole la mano sobre la cabeza dice:
QUE LA PAZ SEA CONTIGO PARA QUE PARTICIPES DE LA LUZ.
Entonces, después de concluir con todos y estando aún todos de rodillas, el Sacerdote levanta las manos en actitud e bendecir y dice:
Recibid el signo de la santa cruz sobre vuestros cuellos y sobre vuestros labios para que seáis herederos de la luz.
Todos levantan la mano derecha y el sacerdote entona el mantram:
I.A.O. I.A.O. I.A.O.
Entonces el Sacerdote cruza sus manos sobre el pecho y todos los congregados cantan el Tedeum laudamus.
SANTO, SANTO, SANTO, SEÑOR DE SABAOT.
SANTO, SANTO, SANTO, SEÑOR DE SABAOT.
SANTO, SANTO, SANTO, SEÑOR DE SABAOT.
Finalmente, da el sacerdote la bendición Aarónica.
Esta es la forma sencilla, tomada de las obras fundamentales de la religión primitiva, y es de por sí una poderosa acción de Magia Ceremonial que trae salud y bienestar sobre los asistentes. Puede el Sacerdote hacer formar, al final, la Cadena.
ADVERTENCIA:
"No deis lo Santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos; porque no las rehuellen con sus pies, y vuelvan y os despedacen" (Vers. 6, Cap. 7, Mateo).
Toda familia puede verificar su UNCIÓN GNÓSTICA en su misma casa o residencia particular. No se debe admitir a esta MISA GNÓSTICA a ningún indigno, porque se comete profanación.
Yo SAMAEL AUN WEOR, el Iniciador de la nueva Era ACUARIA, autorizo a la humanidad entera para verificar la SANTA UNCIÓN, cada familia, y en su propia casa.
Yo SAMAEL AUN WEOR, el Gran AVATARA de ACUARIO, toco pues la campanada de la Nueva Era, y abro las puertas de la INICIACIÓN a la humanidad entera.
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libro las 7 palabras
Cada persona puede, a solas, orar y perseverar en el partimiento del pan y del vino.
La oración más poderosa es el PADRE NUESTRO.
El pan y el vino se pondrán siempre sobre un paño limpio y perfumado. El pan y el vino solo se pueden llevar a la boca después de la ORACIÓN.
Con el pan y con el vino entran a nuestro organismo humano billonadas de átomos Crísticos que viene a despertarnos todos nuestros poderes ocultos.
CRISTO, en su calidad del Cristo Cósmico, dijo: "Yo soy el pan de vida, yo soy el pan vivo; si alguno comiere ese pan, vivirá eternamente; el que coma mi carne y beba mi sangre, en mí mora y yo en él".
Ahora, con esta enseñanza, todo ser humano podrá Cristificarse por medio de la Magia-Sexual y de la Santa Unción Eucarística.
Todos los hermanos deben tener siempre a la mano el pan y el vino y perseverar diariamente en la Santa UNCIÓN.
La ORACIÓN se hace siempre de rodillas.
Hay que saber orar: Orar es conversar con DIOS.
Cuando el Ángel AROCH, Ángel de mando, me enseñó esta clave maravillosa de la UNCIÓN GNÓSTICA, también me enseñó a orar.
Son indecibles aquellos instantes inefables en que el Ángel AROCH, en figura de Niño, de rodillas y con las manos juntas sobre el pecho, levantaba sus ojos purísimos hacia el cielo. Su rostro parecía de fuego en aquel instante, y lleno de amor profundo exclamaba: "Señor, Señor, no me dejes caer, no me dejes salir jamás de la luz, etc.". Luego partió el pan y nos dio a comer, y escanció dentro de una pequeña jarra de plata, el vino, lo sirvió entre algunas copas y nos dio a beber.
Estos ángeles ya no usan el viejo Astral; solo usan el Astral Superior, nuestro Benjamín, y por ello parecen niños de indescriptible belleza.
Estos son los hijos de la Resurrección, estos son los Hijos de la Vida y de sus frentes inmaculadas solo salen relámpagos terribles.